jueves, 28 de mayo de 2009

La industria tan sólo recibe 4% del total de créditos de la banca

El sector, clave para la creación de empleo, pierde peso en la economía

Dispuesto a impulsar un modelo donde, en teoría, el país debe avanzar hacia la "sustitución de importaciones", el gobierno de Hugo Chávez estableció en febrero de 2008 una tasa de interés preferencial de 19% para el financiamiento a la industria manufacturera y posteriormente obligó a los bancos a destinar al sector, al menos, 10% del total de créditos.

El resultado no es halagador. Las estadísticas de la Superintendencia de Bancos registran que el financiamiento a la industria manufacturera, sector clave para crear puestos de trabajo y diversificar la economía, suma al cierre de abril 5 mil 510 millones de bolívares fuertes, una magnitud que tan sólo representa 4% del portafolio de préstamos.

El poco peso de la industria en las solicitudes de crédito, un termómetro importante de cómo marchan los planes de expansión, queda claro al observar que el financiamiento al consumo, que incluye tarjetas y ve- hículos, absorbe 24% del total de préstamos; el sector agrícola 13,46%, el hipotecario 12,35% y la microempresa una magnitud que prácticamente iguala al de la industria con 3,78%.

Dos años atrás Conindustria realizó su congreso anual y en ese entonces, nueve de cada 10 de los empresarios encuestados definió como negativo al clima de inversión en el país por "inseguridad jurídica, los controles, incertidumbre política, nuevas cargas laborales y pérdida de competitividad frente a los importadores".

Desde febrero de 2005 el tipo de cambio oficial se mantiene fijo y lo que se compra con 2.150 bolívares en el país es mucho menos de lo que se adquiere con un dólar en el extranjero, circunstancia que estimula las importaciones y disminuye la capacidad de competir de la industria nacional.

La producción industrial comenzó a caer y en el primer trimestre de este año sufre un descenso de 1,1%, mientras que las exportaciones no petroleras, una tarea básica para disminuir la subordinación a la suerte del barril, se ubican en 718 millones de dólares, la magnitud más baja en trece años, aun incluyendo el paro empresarial de 2003.

La Superintendencia de Bancos detectó prácticas poco transparentes en la manera como las entidades financieras contabilizan el crédito a la manufactura, por lo que emitió normas que depuran las cuentas.

Hasta abril una porción de la banca abultaba los préstamos a la manufactura sumando financiamiento a microempresas que, a su vez, también se incluían en la cartera de microcréditos.

A partir de abril, los bancos deben entregar las cuentas debidamente separadas.

El consumo, al igual que la producción industrial, pierde combustible. El financiamiento con tarjetas de crédito aumenta 8,6% en los primeros cuatro meses de este año, versus un incremento de 14% en el mismo lapso de 2008, mientras que el préstamo para vehículos, en un entorno de restricción a la importación de carros, cae 2,7%.

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